Cuando yo estaba en 5º de primaria, unos diez años o nueve, por ahí, empezó todo. Y no empezó de una manera brutal, del día a la mañana, fue algo progresivo.
Y entonces, yo pasaba por el pasillo, y a lo mejor estaban siete personas esperando por mí, para reírse, para decirme cosas. Y empezamos a crearnos las redes sociales por primera vez y el Tuenti era la principal entre ellas. Entonces, aparte de verme en persona, me podían ver por ahí. Podían ver mis fotos, sacaban capturas y ellos se ponían a hacer burlas, en plan, todo lo que quisieron poner sobre mí. Y eso yo lo veía. O sea, yo lo veía y decía: ¿qué puedo hacer? Porque claro, te creas una red social por primera vez y no sabes cómo funciona, no sabes si quiera si lo puedes denunciar, si eso está mal, si eso está bien. Y yo notaba que iba por el recreo y que me estaban sacando fotos. Que decía cualquier cosa a cualquier persona y que ya estaban “Oriana hoy habló con no sé quién, se cree que le cae bien”. Y cosa así. Y era eso, yo me sentía, en plan, totalmente como si viviera en El Show de Truman. En plan, tengo cámaras todo el rato en mí. Era como tener todo el rato un dolor en el dedo, un corte. O sea, era algo que estaba ahí todo el día conmigo, pero solo sabía que estaba ahí cuando lo miraba. Por ejemplo, en vacaciones, me iba con mis padres de viaje a la península y miraba el móvil y los veía, ¿sabes? Y tenía que bloquear, quitar, borrar, “no me cuente esto”, “no quiero saber nada de esto”. No veía la opción de decirles a mis padres “Está pasando esto”. Porque ni siquiera lo veía como que ellos iban ayudar. Se enteraron… a finales de noviembre o una cosa así. Pero a partir de entonces dejé de ir a clase. Y me cambiaron de centro. Y ya enero lo empecé en otro centro. Lo denunciaron a todos lados, a la Guarda Civil, fueron a casa de cada uno a los padres y los denunciaron por separado, denunciaron al instituto, a cada profesor, a todas las tutorías que tenían ellos y yo. Fue un accidente que ellos se enteraron. Y nunca lo… a lo mejor sí, pero no lo puedo saber. Yo creo que ese año nunca les habría dicho nada. Y que no me habría cambiado de centro. Y a saber dónde estaría ahora.